La ética, el tarot y el código que no debe quebrarse

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Todos aquellos practicantes del tarot deben estar comprometidos con la declaración de compromiso ético que con respecto a esta actividad existe, cumpliendo así con un trabajo moralista y responsable para quienes solicitan de este servicio.

A nivel mundial existen asociaciones agrupadas en torno a este oficio fundamentando su gestión en un código de ética que hace de dicho servicio una actividad seria y respetuosa del compromiso libre que consagra una asistencia espiritual comprometida con la honestidad y calidad que los clientes merecen.

En España tal iniciativa fue creada para el año 2006 surgiendo de la Escola Mariló Casals, con la colaboración de la Escuela Lemat y la participación de muchos tarotistas. Más tarde, al celebrarse el primer congreso de tarot llevado a cabo en Barcelona el 22 de febrero de 2011 se elabora un texto conjunto hecho por personas y especialistas ligadas al medio. Ya en el 2do congreso, el 9 de marzo del año siguiente, se da a conocer el resultado final de este código que hasta la fecha rige esta actividad en la península Ibérica.

El mismo trata sobre el deber libre, voluntario y de eficacia para quien este apegado a las normas de conducta respetable y honesta en el servicio que ofrece a las personas que desean ser atendidos para cualquier tipo de consulta mediante el uso del Tarot, como instrumento adivinatorio del porvenir.

Tres apartados de importancia en el Código de Ética del tarot

Este conjunto de normas tiene 3 apartados que lo rigen: El Código de ética en sí mismo, las recomendaciones para quien es el consultante y la advertencias y exhortaciones para el tarotista para realizar una tarea incólume.

El primer apartado posee 10 pilares fundamentales que son:

  1. Creer en el libre albedrío.
  2. Informar sobre opciones, no tomar decisiones.
  3. Respeto a la diversidad de pensamiento e ideas.
  4. Cooperar para el que consúltate emplee de forma efectiva sus potenciales y recursos. 
  5. Buscar soluciones ante el hecho de hallar dificultades, y enseñar al consultante como evitarlas o superarlas en el futuro.
  6. Emplear leguaje apropiado, conciso y claro.
  7. Manejo de la confiabilidad de la información recibida.
  8. Nunca emplear en beneficio propio la información recibida de los consultantes.
  9. El deber es orientar. Las decisiones y acciones deben ser tomadas por el propio consultante con el fin de modificar su futuro
  10. El coste del servicio debe estar previamente establecido y precisando con exactitud la atención que se dará.

Además, existen recomendaciones que se ofrecen al consultante que este Código de Ética considera vital. Consta de 9 puntos básicos referentes a que se debe esperar de una consulta de este tipo, dónde se aclara por ejemplo que los tarotista son intérpretes y no videntes, que este tipo de lectura cartomancia ofrece hechos y no fechas, que además es una herramienta que permite percibir nuevas y/o distintas posibilidades, entre otras tantas consideraciones.

Para finalizar, el este conjunto de normas regulatorias del arte de interpretar los arcanos, ofrece importantes recomendaciones a los tarotistas, las cuales buscan enseñar, orientar y sobre todo dignificar la labor de este oficio, mediante la exhortación al desempeño, honesto, claro y ético de la interpretación del tarot