Los informes periciales son estudios en profundidad realizados por expertos independientes. Informes que se centran en el estado de inmuebles o edificios o en hechos que les hayan afectado de alguna manera. Un informe pericial lo puede solicitar el juez o lo puede aportar una de las partes involucradas en un proceso judicial.
Aunque el que tiene que ver con los tribunales es el uso más común de los informes periciales, no es el único. También se pueden solicitar para resolver algún tipo de desacuerdo con los seguros por deficiencias o problemas en la construcción. Otra posibilidad es usarlos en litigios con las propias constructoras si se detecta algún tipo de fallo constructivo antes de acudir a la vía judicial.
Hay diferentes tipos de informes según su contenido. Se pueden solicitar para determinar el origen de algún tipo de patología que pueda sufrir el inmueble, como la aparición de grietas. Pero también se pueden solicitar para tener un presupuesto ajustado a la reparación de esas deficiencias detectadas.
Otro tipo de peritajes es el que se realiza en caso de siniestros, como puede ser un incendio o una inundación. En caso de necesitar un documento veraz que garantice que las obras realizadas en el inmueble se adecúan a la normativa, también se puede solicitar un informe pericial.
Hacer un peritaje, por lo tanto, no es un trabajo sencillo, se necesita una preparación muy específica con un amplio conocimiento de técnicas constructivas, materiales, problemas frecuentes en las construcciones, etc.
Pero un requisito fundamental de todo informe es que, además de ser profundo y acertado, sea claro y fácil de entender, ya que se dirige a personas no especialistas en construcción. Es el caso, por ejemplo de los jueces, que en ocasiones deben decidir en base al informe que se presenta.