Para atender las reparaciones del coche no basta solo con dejarlo en el taller, en ocasiones, se tiene la tarea de buscar los repuestos para disminuir el gasto. Algunas piezas pueden llegar a ser muy caras o difíciles de conseguir, por lo que toca visitar más de una tienda para comparar el coste entre uno y otro lugar, aparte de que se pierde mucho tiempo.
La mejor forma de reducir las visitas al mecánico es cuidando el vehículo con las revisiones oportunas y dándole al menos el mantenimiento básico que recomienda el fabricante. Estas atenciones varían mucho según el tipo del motor del coche; por lo tanto, han de estar acorde a las necesidades propias del que se tenga, sea diésel, eléctrico o híbrido.
En qué consiste el mantenimiento de un coche
Con el mantenimiento se revisa que los diversos componentes del vehículo estén en buenas condiciones para lograr su correcto funcionamiento; de no estarlo, se resuelven los problemas que se encuentren. Se pueden clasificar de dos formas en función de los kilómetros recorridos:
Mantenimiento menor: también es conocido como mantenimiento preventivo. En él se realiza el cambio de aceite del motor, se reemplazan los filtros de aceite y de aire; también se revisa el estado de los frenos y la suspensión, además, se realiza un escaneo y diagnóstico electrónico.
Mantenimiento mayor: se hace una revisión más completa, en la cual, aparte de realizar los cambios mencionados en el tipo anterior, se le suma el reemplazo de las bujías, del filtro del combustible y del filtro del aire acondicionado. Los niveles de refrigerante, del líquido del limpiaparabrisas y de freno, de igual forma se miden y completan; o se sustituyen tales fluidos de ser necesario.
En cuanto a las revisiones regulares son menos invasivas que los mantenimientos; en sí, se chequea el estado de los distintos filtros que tiene el vehículo. Por otra parte, se evalúa si los neumáticos tienen grietas o desgastes disparejos, porque ello puede ocasionar una desalineación; Adicional, se prueban los amortiguadores y los frenos, que son fundamentales para la seguridad vial; y, por lo general, también se explora: la correa de distribución, el sistema de escape y el catalizador.
Mientras que la revisión diaria (antes de la primera salida de casa), es suficiente con asegurarse de que el aceite del motor está en el nivel establecido; si hace falta y está en buen estado, solo debe completarse. Lo mismo aplica para el líquido refrigerante y el agua. Igualmente, hay que asegurarse de que el cableado se encuentre bien ajustado y los bornes de la batería estén limpios.
Una excelente alternativa para ejecutar estas atenciones es acudir a un autocentro, ya que se caracteriza por contemplar en su red de talleres lo que se necesita para dar un servicio integral. En www.aurgi.com tiene acceso a uno muy completo, en el que puede pedir cita seleccionando el establecimiento de su preferencia.