1000Extra broker: los negocios requieren mucha inteligencia emocional

Negocios

Cuando se habla de grandes proyectos, se dice que apenas el diez por ciento de las personas triunfa. Así que, de cien individuos que se plantean empezar, una décima parte de hecho lo realizará, y de estos solo uno conseguirá elevarse a destacadas alturas. Por lo cual, resulta vital a quienes entran a ese exclusivo universo del 1000Extra bróker, aprender a manejar la inteligencia emocional.

La importancia de los sentimientos en la vida diaria y hasta para sobrevivir es innegable. Ya sea, la fuerza que transmite la ira o la energía que proporciona el miedo. Pero, aunque esos instintos poderosos nos vienen de épocas primitivas, no podemos darnos el lujo de ser completamente dominados por ellos. Por el contrario, debemos usarlos como herramientas que nos ayuden a lograr nuestros propósitos o de indicadores de las situaciones que enfrentamos.

Esto es especialmente cierto en el volátil y fluido mundo digital donde se desenvuelven los brokers, porque, cualquier error en las operaciones del mercado puede significar una pérdida dolorosa. Por tanto, es de sentido común saber que respuestas temperamentales como, un ciego optimismo al comprar, un pánico paralizante al vender, o una furia destructiva que obligue a abandonar, no son estrategias sostenibles que generen ingresos.

Obviamente, no quiere decir que haya que desecharlos y volverse ultra analítico. Puesto que, si se usan en conjunto con las alertas del subconsciente y los poderes del raciocinio provistos por la evolución, podremos de forma consciente:

  • Realizar la identificación automática de las condiciones de riesgo, calculando exactamente las probabilidades de éxito o fracaso y actuando de acuerdo a esos datos.
  • Aprovechar el dolor asociado a la tristeza o el furor de una pérdida sustancial. De esa manera, nos motivamos a emprender las acciones que impedirían que volviera a ocurrir.
  • Saber cuando detenernos, pensar en toda la información obtenida y proceder en consecuencia.

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