Anteriormente, el titulín náutico era el documento que representaba la Autorización Federativa, para la gobernación de ciertas embarcaciones. A partir del año 2014, se extinguió y se imposibilitó su obtención, por lo que los navegantes empezar a tener un primer encuentro con la llamada licencia de navegación.
Las diferencias entre ambos requisitos son notables porque están orientadas a elevar el número de competencias que podía establecer el titulín. La ley aprobada por Real Decreto permite que las escuelas náuticas expidan esta licencia para el manejo de motos clase C y navío de recreo de hasta 6 m de eslora, con una fuerza de motor apropiada para no sobrepasar las 2 millas, en navegaciones diurnas.
Bajo este contexto, se destacan dos cambios relevantes entre un permiso y otro:
- La licencia de navegación no establece un límite en la potencia del motor; mientras que el otro solo permitía 40 kW o 55 C.V.
- Con el objetivo de mejorar la experiencia del navegante con el mar, se amplió la distancia a dos millas de un puerto deportivo o una marina.
Durante el proceso de modificación de estas condiciones, se consideró que los interesados podían hacer recorridos en horarios nocturnos. Sin embargo, llegaron a la conclusión que todavía no posee los conocimientos necesarios y los tiempos de prácticas para enfrentar este reto.
Un curso de calidad
Las mejores escuelas homologadas han diseñado una serie de cursos que están orientados a recibir los datos más importantes para obtener este título. Por lo general, la estructura de las clases teóricas se desarrolla en un período de dos horas y cuatro horas de prácticas de navegación en un barco homologado.
Y, en el caso de que ya posea el titulín, solo necesitará realizar las actividades a bordo para validarla. Este es el trabajo que hacen los verdaderos profesionales del océano: guiar y enseñar los secretos del mar para que viajen con libertad y seguridad.